¿Cuáles son las diferencia entre web 1.0 web 2.0 y web 3.0? ¿existe una web 4.0? Todo nuestro mundo, nuestro estilo de vida al completo, manera de pensar y vivir, consumir… todo a nuestro alrededor ha cambiado con la evolución de la web. En este post haremos un repaso de la evolución desde la web 1.0 a la web 4.0 y cómo esto ha cambiado por completo a nuestra sociedad.
Si hay algo que podemos afirmar, que cambia y crece cada día a un ritmo desorbitado, es sin duda la tecnología. Ni siquiera el todopoderoso Google es capaz de abarcar y tener actualizado al momento todos los cambios que se producen dentro de su navegador. Son tantas y tantas las personas que usan cualquier producto tecnológico a la vez, que, si se cumplieran las premisas de esas películas postapocalípticas y hubiera un “gran apagón”, se pararía el mundo.
Todo a nuestro alrededor se basa en la tecnología. Desde nuestros dispositivos móviles a los que tantas horas dedicamos al día, hasta la simple lucecita que indica que la tetera está calentando el agua.
Es más, si nos paramos a pensarlo, la tecnología ha avanzado más en los últimos 20 o 30 años, que en toda la historia.
Pero, aquello que sin duda alguna ha cambiado nuestras vidas por completo en los últimos años, ha sido Internet. Son muy pocas las personas que hoy en día conciben su vida sin conectarse a la red. Hasta los más mayores, aquellos que creyeron que nunca iban a necesitarlo, han tenido que adaptarse a las nuevas tecnologías. En la actualidad, es rara la gestión que no se pueda hacer a través de Internet. Aunque seamos sinceros, los desarrolladores de webs para “gestiones de adulto”, tienen mucho que mejorar.
La evolución tecnológica de las páginas web
La web ha evolucionado más de lo que creemos en estos últimos años; Internet, los navegadores, aplicaciones, sistemas operativos, etc. son tecnologías en cierto modo, nuevas. Es lógico y normal que los desarrolladores dediquen horas y horas a encontrar posibles mejoras y avances tecnológicos. Por no hablar de la competencia dentro del propio sector, ¿o quién no ha oído hablar alguna vez de la guerra que existe entre IOS y Android por sacar al mercado los mejores dispositivos?
No hay que remontarnos muchos años atrás para recordar cuando los usuarios de BlackBerry se creían los mejores porque tenían un sistema de chat interno. O como teníamos que pedir adelantos de saldo para poder enviar un simple SMS. Algo que hoy en día, tan solo unos años después, está completamente obsoleto.
Centrándonos específicamente en las páginas web, tenemos que remontarnos a los años 60 para conocer la predecesora de lo que hoy conocemos como Web. Y esta no es otra que la red Arpanet, creada por el departamento de defensa de los Estados Unidos con el fin de ser una red de comunicación entre distintos institutos de investigación y universidades estadounidenses.
Por cierto, siento ser yo la que tenga que comunicar esto, pero si sigues siendo uno de esos que cree que Internet se creó para utilizarse como defensa ante un ataque militar, es un completo mito.
Antes de empezar a explicar la evolución de la web, dejadme que os deje un esquema a modo de resumen, así si eres una de esas personas que tiene prisa y no se puede leer un blog entero, tendrás toda la información en un rápido vistazo.
El nacimiento de la web 1.0
No fue hasta 1990 cuando se creó la primera web con el sentido que le otorgamos hoy en día a la misma, la web 1.0.
Está web era un sistema muy sencillo de HTML estático en el que tan solo se permitía consumir contenido, pero no interactuar con él. Se trataba de una comunicación puramente unidireccional.
Esta web que muy pocos recordarán hoy en día, no porque hayan pasado muchos años, si no porque no era tan común tener mínimo un dispositivo con acceso a Internet por persona en cada casa como hoy en día, tiene ciertas peculiaridades dignas de ser mencionadas.
Algunas características de la web 1.0
- En primer lugar, el almacenado de archivos era completamente diferente. Hoy en día se busca que las páginas web pesen lo menos posible, que todo se almace a ser posible en una base de datos externa. En el caso de la web 1.0 no era así, todo se almacenaba dentro del propio servidor, por lo que nos podemos imaginar cómo sería el tiempo de carga y peso de las mismas.
- Durante la época dorada de las webs 1.0 los CMS no existían, el todopoderoso WordPress no era el responsable de prácticamente la totalidad de las webs que se alojan en Internet, como hoy en día. En esos tiempos tan solo se podía disponer del amado y odiado a partes iguales HTML. Sistema que, seamos sinceros, dificulta mucho ser creativo en cuanto al diseño.
- Estas webs cargaban con el llamado funcionamiento CGI. Cuando los usuarios realizaban una petición en la página web, los datos no eran enviados directamente al servidor, si no que primero debían procesarse mediante un software externo. A través de una interfaz CGI los datos eran transferidos de nuevo al servidor que, a continuación, generaba un documento HTML.
- Pero eso no lo es todo, y es que en esa época los navegadores intentaron destacarse ofreciendo soporte para etiquetas patentadas, creando serios problemas de incompatibilidad entre los sitios web que usaban estas etiquetas y los navegadores no compatibles.
- Pero sin duda, si algo por aquella época fue muy popular el libro de visitas. ¿Por qué no llevar algo tan cotidiano al mundo online? Muchas webs tenían una sección externa donde los usuarios podían dejar comentarios sin afectar al rendimiento de la página, el precursor de la caja de comentarios.
- En la era de la web 1.0, los formularios de contacto como los conocemos hoy en día no existían. En su lugar, para comunicarnos con las empresas, solo teníamos la opción de usar su correo electrónico, lo que requería acceder a nuestro propio servidor de email y contactar de manera más tradicional o innovadora para aquel entonces.
Las webs más conocidas que podíamos encontrar en esa época eran Netscape, AltaVista, AOL y Yahoo!.
Web 2.0, bienvenidas redes sociales
En 2004 llegaba a nuestras vidas oficialmente la web 2.0. En esta época que muchos millennials nostálgicos recordarán por ser la época dorada de los foros de Internet o las primeras redes sociales mundialmente conocidas, como myspace.
Esta web se distingue principalmente de la anterior en que dejamos atrás la comunicación unidireccional para dar paso a una web en la que los usuarios juegan un papel importantísimo. Y es que gran parte del contenido era creado por y para los usuarios.
Cabe destacar que la mayor diferencia entre la web 1.0 y la 2.0 no es tanto a nivel tecnológico sino a nivel interactivo. Si bien es cierto que naturalmente ha habido muchos avances en cuanto al hardware, la forma de consumir la información no cambiaría hasta varios años después.
Quizá mucha gente no sea 100% consciente de ello, pero la llegada de la web 2.0 cambió por completo a las sociedades de todo el mundo. Antes de dar la bienvenida a las redes sociales y los medios independientes, las personas recibían información únicamente por medio de la prensa. No nos quedaba otra opción que creernos las noticias que periodistas destinados en distintos lugares del mundo nos traían con información sobre qué estaba pasando en el mundo. Quizá la gente no era tan consciente en esos momentos de la manipulación política de la prensa, pero no nos quedaba otra que creernos ciegamente aquello que querían contarnos, nada más.
Con la llegaba de la globalización que supuso las redes sociales, foros o medios independientes de Internet, nuestra percepción del mundo cambió por completo. Muchos de nosotros empezamos a conocer qué pasaba en sociedades y lugares que antes no podríamos poner ni en el mapa.
La web 2.0 y el gran cambio social
Pero eso no fue todo, y es que, con la llegada de las redes sociales y la facilidad para comunicarse desde distintos lugares del mundo, se abrió un mundo de posibilidades para muchas personas perdidas entre una sociedad clásica y convencional. Muchas personas en todo el mundo han descubierto gracias a Internet que su verdadera pasión está en lugares lejanos, como dibujar manga japonés o disfrutar de la música de grupos coreanos que están a miles de kilómetros de distancia.
Internet ofrece la libertad de disfrutar tus intereses sin miedo al juicio y la posibilidad de encontrar afinidades con muchas personas. Aunque, honestamente, muestra que no somos tan únicos como pensamos, ya que compartimos más similitudes de lo imaginado, pero en distintos lugares del mundo.
Volviendo a la web 2.0, técnicamente hablando, llegaba el momento de dejar el clásico HTML para los más nostálgicos y empezaron a salir a la luz los primeros gestores de contenidos o CMS, con los que el diseño y administración de contenidos de una página web se optimizaba. Gracias a los CMS, los diseños de las páginas web mejoraron muchísimo, dando pie a aquello que hoy en día conocemos como user experience, entre otros términos. Con este nuevo sistema, era posible manejar de manera independiente el contenido e información y el diseño de la web. Pudiendo cambiar libremente el diseño de la misma sin tener que transformar el contenido. Además, se permitía que varios editores pudieran cargar contenido en la página web, facilitando mucho las cosas a los desarrolladores.
Podría pasarme horas hablando de la web 2.0 y como Twitter, Facebook, YouTube, wiki, los blogs o Instagram cambiaron el mundo, pero es momento de explicar por qué la llegada de la web 3.0 supone un cambio tan importante para nuestra forma de consumir y transmitir información.
El gran cambio, la web 3.0
Aunque pueda parecer que la web 3.0 es algo reciente, el termino se acuñó por primera vez en 2006. Pero no fue hasta 2010 hasta que vimos los verdaderos cambios que se venían.
Si pudiera describir a la web 3.0 con dos simples términos, definitivamente sería interactividad y personalización. Y es que esto es precisamente lo que distingue a la web 3.0 de sus predecesoras.
La principal característica de esta nueva forma de interactuar con páginas web es el almacenamiento de información en la nube. Esto a simple vista puede no parecer un cambio muy significativo, pero es mucho más importante de lo que parece. Y es que, con este nuevo sistema, empieza la conectividad entre distintos dispositivos. La posibilidad de acceder a diferentes bases de datos desde un ordenador y posteriormente hacerlo desde un dispositivo móvil, por ejemplo.
Ahora el usuario es dueño al 100% de la información que manejan las páginas web. Y es que, estas bases de datos en la nube tienen un sistema de complejidad y personalización que constituye un nuevo método de añadir contenido semántico a los documentos que forman una página web.
Pero ¿qué es esto de contenido semántico?
El lenguaje semántico en las webs 3.0 no es más que el “idioma” en el que se escribe la información que los usuarios añadimos a una web para que los procesadores puedan interpretarlos. Se trata de huir del limitado lenguaje HTML y pasar a formatos como RDF, OWL o XML que se traducen a través de información procedente del usuario como formularios, imágenes, catálogos, etc.
¿Y qué supone todo este aparentemente no tan gran cambio? Pues a nada más y nada menos que a la personalización de contenidos.
La web ha evolucionado tanto que ha llegado a un punto en el que casi nos conoce más que nuestra propia madre. Aspecto, sin embargo, hasta cierto punto peligroso, pero provechoso si se utiliza con responsabilidad. ¿A quién no le ha salido publicidad sobre algo que estaba buscando? ¿Quién no ha oído hablar alguna vez de que Google nos escucha? Si bien es cierto que este aspecto sigue causando incertidumbre en muchas personas, en las cuales me incluyo, por ahora no podemos afirmar si de verdad Google controla todos y cada uno de los aspectos de nuestra vida o simplemente se trata de las cookies. De conspiraciones hablaremos otro día en otro post, por supuesto.
La web 3.0 se ha convertido en un nido de información que nos ofrece contenidos adaptados a nuestros gustos y preferencias. Esto a simple vista puede parecer algo bastante útil, el debate surge cuando descubrimos cómo obtienen las grandes empresas esta información. Y es que existe un gran mercado de datos al que los usuarios de a pie no podemos acceder. Pero debemos saber, que con cada clic que demos dentro de Internet, estamos dejando una gran huella de información que otros utilizarán para tratar de vendernos cosas.
Y es así como llegamos a la web 4.0
Si bien es cierto que muchas de estas compañías de Internet han tenido que lidiar con las consecuencias de comercializar con los datos de los usuarios, parece que la forma en la que esta información se utiliza no va a cambiar por el momento.
La web 4.0 parece algo futurista, pero lo cierto es que lleva entre nosotros desde 2016. En esta nueva etapa de Internet todas las metodologías que conocíamos hasta ahora se perfeccionan y se añade un concepto clave: la inteligencia artificial. Atrás quedan las películas donde robots futuristas invadían nuestro mundo. La inteligencia artificial lleva con nosotros mucho más tiempo del que crees, pero no como piensas.
¿Qué es exactamente la inteligencia artificial?
La inteligencia artificial no es más que un software que aprende, por resumirlo mucho. Ejemplificándolo, el corrector de Google es una inteligencia artificial que lleva con nosotros muchos años. Quedan muy lejanos los tiempos en los que las traducciones literales de Google parecían descritas por un robot analfabeto. Y es que, tras años de aprendizaje de los propios usurarios, hoy en día un texto extraído del traductor de Google podría pasar perfectamente por un discurso dicho por alguien que, como poco, sepa hablar inglés a la perfección (aunque hay excepciones por supuesto).
Las grandes empresas de Internet como Microsoft, Google o Facebook se están basando en las tecnologías Deep learning y Machine learning para desarrollar nuevos sistemas de información que funcionarían de una manera similar al cerebro humano.
Tecnologías como Siri, Cortana o Alexa se basan en este tipo de sistemas. Si bien es cierto que ahora sí podríamos afirmar que nuestros dispositivos siempre nos están “escuchando”, preparados para respondernos cuando digamos “Hola Siri”, estas grandes compañías siguen afirmando que la teoría del micrófono sigue estando en las mentes de los adictos a las conspiraciones.
Este tipo de tecnologías han avanzado tanto que ya podemos confiarle a un software, mediante una simple frase, que nos compre un billete de avión o nos reproduzca nuestra canción favorita.
Y lo mejor (o peor) es que estos dispositivos no hacen más que aprender y aprender hasta que “saben” por completo nuestros gustos, estilo de vida, horario, etc.
La llegada del Metaverso con la web 4.0
Pero por supuesto, no podemos hablar de la web 4.0 sin hablar del tan famoso Metaverso. La web 4.0 o también llamada web simbiótica, busca desdibujar la línea que separa al humano de la máquina. Crear un mundo virtual donde podamos sumergirnos por completo y vivir nuestra vida cotidiana, sin movernos de casa. ¿Se imaginarían los creadores de Habbo Hotel que algún día su realidad virtual llegaría al nivel que conocemos hoy en día?
El concepto de realidades virtuales es fascinante y atractivo. Sin embargo, es crucial considerar que cada vez nos distanciamos más de la realidad al sumergirnos en un mundo que, como vimos con la web 2.0, tiene el potencial de transformar sociedades enteras. Entren al Metaverso con responsabilidad, por favor.
¿Llegará un día en el que un dispositivo sepa lo que queremos antes siquiera de que nosotros lo sepamos? ¿Qué nos deparará la web 5.0? Esas respuestas y muchas más, dentro de unos años, cuando nos veamos de nuevo en la historia de la web parte 2.
Antes de irme, dejadme que vuelva a aludir a las personas que probablemente solo han mirado las imágenes. No veo justo que se queden sin la información básica, así que ahí os dejo un resumen de las características principales de cada evolución de la web. Eso sí, en la parte 2 no seré tan buena.